Spoiler: Al
final de esta historia, no me aceptan la propuesta.
Cuando existimos
personas apasionadas por el conocimiento y por saber de dónde viene la sabiduría
-diría Santiago Cruz- creemos que todo tiene un comienzo, una epistemología y
en efecto, desde la consciencia sabemos que es así. De allí que nos apasione e
interese saber e investigar sobre diferentes temas, aun cuando muchos o
algunos, no se parecen el uno del otro, pero que, si esa es la pasión momentánea
que tenemos y nos interesa, nada podría oponerse a que investiguemos sobre tal
fenómeno de contexto.
Esa tal vez
pudo ser la explicación que quise darle quienes fueran mis jurados de propuesta
para ingresar al doctorado en educación en el presente año, por allá en el mes
de junio. Lástima que no pude describirla de esa forma. En medio de mi
sustentación, quise meter toda el agua del mar de ideas en mi cabeza por
un pequeño hoyo que dije en una frase y efecto, no pude. ([cf. anécdota
de San Agustín], s.f.)
Cuando busqué ingresar al doctorado en educación en una
prestigiosa universidad de Colombia, me preparé como quienes buscamos algo de
tal magnitud lo hacemos: leemos, buscamos referentes, navegamos entre
diferentes ideas, escogemos la que creemos ganadora, la robustecemos (o al
menos eso creemos) y al final vamos con nuestras ideas enarboladas, como quien
posee consigo la solución a un problema real existente en la sociedad, y en mi
caso esta vez, en educación.
La propuesta hablaba del uso de la IA como estrategia para
contrarrestar el síndrome de burnout en docentes, aplicando técnicas de grupos
de control, para evaluar mi propuesta de proyecto de investigación.
El tema es que cuando hago dicha sustentación, luego de sentir que había descrito una gran idea, la directora del doctorado dice a los jurados: “¿Tienen alguna pregunta o comentario sobre la propuesta?” A lo que dos de ellos dijeron: “No, ninguna”, luego otra jurado dijo: “Yo sí, -y agregó- Jorge ¿Por qué a lo largo de tu carrera, saltas entre temas de investigación? ¿Por qué no te casas con una línea? ¿Por qué en tu pregrado investigas sobre el documental social participativo, en tu especialización y maestría investigas sobre transmedia y redes sociales y ahora quieres investigar sobre inteligencia artificial?
En ese momento, se anexa otro de los jurados que inicialmente
había dicho que no tenía preguntas ni comentarios y dice: “¡Espera!, en efecto
ella tiene razón: ahora revisando tu hoja de vida (Me hizo pensar que antes no
lo había hecho), veo que además de eso, tienes 3 e-books, uno sobre
documentales, otro sobre metodologías activas y otro sobre inteligencia
artificial. ¿Por qué saltas entre temas? ¿No te parece desordenado?
Mi respuesta fue algo más o menos así: “Salto entre temas, porque
la educación y la tecnología me lo permiten. Desde que inicié mi pregrado pude
percibir que la tecnología es un conjunto de herramientas y estrategias a
nuestra disposición y que son transversales a diferentes áreas del saber,
entonces, son temas que me han interesado, sobre los que he investigado y he
escrito. No veo la razón para no hacerlo.” Tal vez fue muy de segundo semestre
de licenciatura, se lee hasta romántica.
Estos jurados, escucharon mi respuesta, además de otra
relacionada con un pregunta que era “¿Qué iba a hacer con mi resultado
investigativo al finalizar el doctorado?, y sin más, eso fue toda la
retroalimentación.
No sé si fue mi respuesta, mi hoja de vida, falta de preparación
desde la perspectiva de los jurados o porque tal vez, desde la perspectiva de
Dios, no era el momento para iniciar a estudiar este doctorado.
Pero escribo estas líneas, porque no me deja de parecer
absurdo que una universidad de prestigio busque entre todo un universo de preguntas
que pudieran existir, el hecho de escoger la más random, no tan random (Pues
fueron dos jurados que coincidieron en la misma pregunta).
Aunado a lo anterior, quiero decir que sigo firme en la
posición en que, desde mi juicio, no tiene nada de malo saltar entre temas de
investigación siempre que sepa profundizar e indagar adecuadamente dentro de
estos, saber investigar es un arte que se debe ir construyendo poco a poco y la
variabilidad de temas enriquece los entornos, en especial, en el que me muevo: educación
y tecnología, por eso nunca dejaré de hacerlo. Así mismo, tampoco tiene nada de
malo no hacerlo, no ser un saltamontes de temáticas investigativas y quererse
casar con el mismo toda la vida.
Uno de mis referentes en la educación es Mauricio Vásquez, a quien pueden ver en instagram como @capitanplaneta, a él, lo
veo investigando y hablando sobre transmedia, multiversos, literatura, música,
joyería, archivos culturales, arte gráfico, intermedialidad, y otros temas, sobre
los que es capaz de hablar con conocimiento de causa. Aprovecho estas líneas,
para manifestarle mi admiración; ese es otro saltamontes de la investigación y del
conocimiento, y tal vez, pueda darme una perspectiva del juicio de mis jurados
de propuesta en una conversación pendiente.
Tu que me estás leyendo. ¿Qué perspectiva tienes sobre el asunto? Déjalo en los comentarios. Puedes contradecirme y te lo agradeceré. No te juzgaré, no soy jurado de propuestas doctorales.

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