Prosumidores de contenido: ¡Hoy más necesario que siempre!
Si bien este término es entendido y utilizado para diferentes entornos empresariales, corporativos y en diferentes industrias, es necesario que desde la educación también se acuda a él, se use y divulgue como forma de participación social en la transformación académica contemporánea.
Cuando se piensa en la implementación de estrategias de transformación y fortalecimiento de los aspectos curriculares o de planes de estudio al interior de los escenarios educativos, en ocasiones, pareciera que se carece de sentido u orientaciones que respondan a las necesidades reales de la educación, debido a que se podría presumir que la actividades transformadoras propuestas, no demuestran protagonismo o asignan participación a la perspectiva u óptica estudiantil, que al final, viene a ser la razón de ser de la educación.
En ese orden de ideas, Díez y Flecha (2010), plantean la importancia de vincular e incluir a los educandos en dicho proceso y de manera específica, pasar a la implementación y uso de comunidades educativas o equipos académicos a través de los cuales se puedan construir espacios de interacción, intercambio de ideas, generación de propuestas hacia el mejoramiento del aprendizaje y respuestas eficientes y equitativas a retos que la educación implanta dentro de escenarios en los que lastimosamente el sistema educativo desconoce a grandes rasgos cómo abordar.
De otro lado, se puede decir que el uso de medios digitales y análogos en la sociedad han sido elementos históricamente consumidos y utilizados por las masas, debido al atrayente impacto que tiene los aspectos comunicativos dentro de las comunidades y entornos sociales. Es así, que, al interior de los mismos, muchas personas demuestran un alto consumo de contenidos, pero al mismo, tienen la fortaleza de promulgar a través de los propios medios, contenido, información, opinión o ideas que dichas herramientas les permita promover.
Es por ello, que, frente a la participación en consumo y producción de contenidos a través de los medios y para referirse a esta práctica existe el término prosumidor, el cual, según el Diccionario Below the line, de la Universidad Cardenal Herrera lo define y hace un análisis al describir que es un concepto que tiene sus inicios en 1972, en donde Marshall McLuhan y Barrington Nevitt a través de su libro Take Today plantean que “con la tecnología electrónica el consumidor podría llegar a ser un productor al mismo tiempo” (p. 4).
Pero, según el mismo Diccionario, es hasta 1980 en donde a través del libro The Third Wave (La tercera ola), el futurólogo Alvin Toffler utiliza el término "prosumidor", el cual, vendría a ser un neologismo para ese entonces, pero que anticipaba al rol de productores y consumidores de contenido a través de los medios.
Para ayudar a entender a través del ejemplo, este concepto, acá dejo un video que ejemplifica cómo este puede ser aplicado en un entorno escolar.
Es de esta manera, como a través del tiempo los medios análogos y digitales por medio de su constante evolución permitieron un crecimiento, aceptación y empoderamiento por parte de las sociedades, lo que ha llevado a nuevas lógicas de análisis, evaluación e incursión por parte de diferentes agentes en dichas herramientas, generando así, una vuelta en la lógica tradicional para pasar a un plano de interacción dialógico entre quienes producen contenido o enseñan en el caso de la educación y quienes consumen, puesto que estos últimos se les permite o activa la posibilidad de crear contenidos alrededor del tema en cuestión.
Por consiguiente, un prosumidor debe estar muy bien informado sobre el contenido alrededor del que está interactuando, debe conocer y saber identificar los errores y aciertos que existen dentro de dicho proceso; y finalmente, debe ser capaz de producir contenido, es decir, que lo que ha podido evidenciar en el proceso de consumo y conocimiento de una actividad, producto o servicio, le permite estar en la disposición para crear más acciones que enriquezcan el evento en torno al cual se desenvuelve.
Finalmente, se puede afirmar que dentro de la educación deberíamos tener más estudiantes prosumidores de contenidos educativos, -Esto es un llamado- por la construcción de nuevos y mejores entornos escolares para la transformación social, en donde adopten roles activos, participativos y conocedores del contenido, los temas y las problemáticas con las que se interactúa día a día en los entornos escolares, con la intención de hacerlo propio y de esta manera generar aportes a los mismos y convertirse en educandos capaces de brindar elementos propositivos a través de estrategias, con las que pueda hacer parte de las narrativas de su entorno educativo, apropiándose y generando contenidos alrededor de la misma.
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