¡Qué pruebas estandarizadas ni qué ocho cuartos!

 ¡Qué pruebas estandarizadas ni qué ocho cuartos!


Lo que voy a comentar ahora, quizá muchos ya estarán cansados de escucharlo, leerlo y ver posiciones múltiples al respecto y precisamente por eso es que no debería ignorarse más entre las entidades educativas un tema que tiene cansado a más de un docente: Las pruebas estandarizadas o calificaciones sumativas.


Ahora, tú que estás leyendo esto, te invito a que pongamos un punto en común: La emoción en nuestros estudiantes es el factor indispensable para el aprendizaje, puesto que es ella, lo que permite el fortalecimiento en la aprehensión de saberes, competencias y capacidades, puesto que fomentan la estimulación de la actividad cerebral específicamente en las redes neuronales, reforzando las conexiones sinápticas. (Rojas, 2020)


Dicho lo anterior y con ello en común acuerdo, te invito a pensar tres elementos que puedas evidenciar en el contexto en el que te desenvuelves que podría amenazar la emoción y la atención en los estudiantes para el aprendizaje.


Con ello muy seguramente te habrás dado cuenta y te habrás acordado que existe un estudiante que diariamente debe madrugar a acompañar a sus padres a preparar todo lo necesario para una jornada de trabajo o estudios, quizá recordaste también ese chico que recién ha perdido a su mamá producto de una enfermedad degenerativa, o tal vez aun no parte de este mundo, de repente, ve todos los días postrada en una cama a la mujer que le dio la vida. También pudiste haber pensado en la niña que sabe que, al ir al colegio, se encontrará con un par de compañeros que suelen acosarla tocándole sus partes íntimas, lo cual le quita toda motivación para asistir a su plantel educativo… ¡Espera! Pensemos más bien en ¿Qué tal si esa niña sufra acosos sexual o psicológico por parte de sus padres o padrastros? Peor aún.


Ahora, tampoco deberíamos dejar de mencionar que probablemente te ubicaste en el panorama de uno de los hogares colombianos, parte del 54% que registra inseguridad alimentaria, según informe de 2021 de la Red de Bancos de Alimentos y la Andi.


Con todo lo anterior, te consulto querido prosumidor, ¿Cierto que ninguno de esos aspectos depende de la planeación de contenidos curriculares o estándares de competencias básicas que evalúan nuestras pruebas estandarizadas?


Listo, ya nos dimos cuenta que no son entonces los contenidos programáticos ni las competencias a desarrollar las que no están siendo bien implementadas al interior de los ambientes escolares. ¡Bendito sea Dios! El problema académico de las Instituciones de este país, ni siquiera es académico… Es una situación de orden social, en donde el estudiantado que es quien lo sufre se ve obligado a tener que responder a unos temas programáticos curriculares que, si bien se deben abordar, así como las competencias y capacidades que se deben desarrollar, existen aspectos en ellos que se lo están impidiendo.


Sin embargo, una problemática estatal, en estos momentos, no me da la bendición de que se la achaquemos al Estado, porque llevan años de historia demostrando que no son capaces de afrontarla, y que nosotros en los planteles educativos de contexto, algo podemos hacer.


Por tanto, considero pertinente que sea en las Instituciones educativas del Estado, públicas o privadas los espacios o ambientes llamados a ser entornos protectores para toda nuestra población estudiantil, si bien es cierto el rol del educador es, en un principio, mediar conocimientos, nunca va a estar de más poder diseñar estrategias transversales que ayuden a nuestros educandos a ver en el colegio, espacios de interacción social armónica en donde se sientan acogidos por compañeros, profesores y administrativos.


Yo que soy profe, me atrevo a decir que me entristece y me parece absurdo que haya un afán en el sector educativo por parte de rectores, directores y coordinadores, así como organismos de control educativo, con preocupación por que existan evidencias ya sea en papel o en digital que representen que el docente aplica unos temas a su clase, inclusive, atormentados porque los contenidos curriculares, se encuentren en el plan de estudios, el planeador de clases, en el cuaderno del estudiante, en el diario de campo y por supuesto, con la respectiva nota cuantitativa que rotula a un chico como remuneración al orden estandarizado que se le está imponiendo para aprender.


Eso es inmensamente absurdo, cuando un estudiante no está en óptimas condiciones físicas, cognitivas, psicológicas, familiares o emocionales, para abordar aspectos curriculares que el docente (vigilado por directivos y secretarías de educación) tiene, -porque tiene- que aplicar, haciéndole frente a su vocación.


Es decir, estamos viendo profes, que se ven obligados a aplicar la ensarta de temas que imponen las normas curriculares en la práctica acompañado de la cantidad de formatos reglamentarios necesarios para evidenciar cada paso que da, cuando por dentro se muere de ganas por abrazar un estudiante, por suspender una clase y hablarles de la importancia de hacerle frente a las situaciones de convivencia escolar o indagar el por qué sus estudiantes cada vez se ven más desmotivados, con múltiples trastornos o dificultades para el aprendizaje, tusas amorosas, tendencias suicidas, hambre, dificultades familiares y otras cosas más que el contenido curricular y los proyectos obligatorios no alcanzan a abordar.


El día que entendamos que la motivación juega un papel fundamental en el aprendizaje, dejaremos de hacer las cosas al revés y por obvias razones se verán reflejadas dichos aspectos en sus resultados académicos y de aprendizaje.


Para concluir, te invito a ver el siguiente video sobre la importancia de la motivación en el aprendizaje:


Si te ves el video, no olvides suscribirte al canal.

¡Eso es todo!






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